Como fruto del proyecto de fin de carrera de un alumno de la Universitat Politènica de Catalunya, él y uno de sus profesores han creado el primer coche de radiocontrol que funciona con restos de aluminio como el de las latas de los refrescos. El coche alcanza los 30 Km/h de velocidad y ya ha sido patentado por la universidad.
En la película Regreso al futuro sus protagonistas consiguen viajar en el tiempo gracias al DeLorean, un coche que para moverse utilizaba restos y desperdicios como latas de refrescos. Ahora, en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial y Aeronáutica de la Universitat Politènica de Catalunya (UPC) han emulado a Doc y Marty McFly y han creado este coche alimentado con restos de aluminio: el dAlH2Orean.
El coche funciona gracias a una pila de combustible basada en la generación de hidrógeno al reaccionar aluminio y sosa cáustica, un proceso conocido desde hace mucho tiempo. Sin embargo este hidrógeno no es puro por lo que debe pasar por un filtro de vinagre y agua para eliminar los restos de hidróxidos. Una vez filtrado pasa a un contenedor de bolas de sílice donde se elimina la humedad, lo que aumenta su rendimiento. Una vez conseguido hidrógeno en condiciones óptimas, este llega a la pila y la alimenta, produciendo energía eléctrica, pero ¿cómo?
Tal y como señalan desde la UPC, "una membrana separa los protones de los electrones hasta que se vuelven a encontrar en un entorno de oxígeno, y así se genera agua, calor y la energía que mueve el motor", sobre lo que apuntan, "esta es la principal innovación del proyecto".
El sistema cierra el ciclo de vida del aluminio, además de no generar emisiones de CO2, lo que permite reciclar este elemento contaminante. Como explican desde la UPC, "el único residuo que se produce en el filtro de vinagre, donde reaccionan las trazas de sosa cáustica, es agua y cloruro sódico, es decir, sal común".
¿Podremos utilizarlo para nuestros coches?
De momento el proyecto servirá para reducir el coste de los packs de combustión para coches de radio control, que rozan los 4.000 euros. Gracias a este innovador sistema, el pack costaría unos 600 euros y no necesitaría un electrolizador. Evidentemente lejos del mundo del ocio las aplicaciones son más complicadas pero mucho más jugosas.
El objetivo del proyecto "aluminio" en el que se enmarca la patente del dAlH2Orean es trasladar a gran escala este sistema de propulsión a vehículos más grandes o microturismos. Según los cálculos de los investigadores para mover un vehículo de unos 5 CV durante una hora se necesitarían 3 kilos de aluminio, mientras que para motores de 60 CV se necesitarían unos 30 kg. Como especifican desde la UPC, "el problema a resolver sería el circuito y el sistema de recarga". Los inventores ya han contactado con algunas empresas para estudiar la viabilidad de un proyecto de estas características.
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